Rolls-Royce presenta Spectre Bailey: un vehículo único, creado a medida, inspirado en el querido perro de una familia.
Presenta intrincados trabajos de marquetería, incluyendo un retrato del perro en la parte trasera. La huella de su pata, reproducida en marquetería en el panel del pasajero y pintada a mano en la franja decorativa.
Creado para clientes de larga trayectoria de Rolls-Royce en Estados Unidos.
Proyecto realizado a través de Private Office New York, un espacio exclusivo para encargos personalizados.
Los clientes de Rolls-Royce Spectre Bailey comentaron:
«Somos apasionados de los coches desde siempre, pero también amantes de los animales, y nuestro perro Bailey es un miembro muy querido de nuestra familia. Al encargar nuestro Rolls-Royce Spectre, vimos la oportunidad de crear algo precioso que nos recordara a él durante décadas.
Trabajar con el equipo de Rolls-Royce Bespoke fue una experiencia maravillosa. Nos sorprendieron con ideas geniales, como la marquetería o las huellas de pata en el umbral, que enriquecieron aún más la experiencia. Spectre Bailey es todo lo que soñamos y más; un homenaje a nuestro fiel compañero».
Celebrando el Día Mundial de los Animales
Para conmemorar el Día Mundial de los Animales el 4 de octubre de 2025, Rolls-Royce Motor Cars presenta con orgullo Spectre Bailey: un proyecto Bespoke que rinde homenaje a Bailey, un preciado perro mestizo de Labrador y Golden Retriever.
Creado para una pareja que ha sido cliente fiel de Rolls-Royce durante más de una década, este proyecto demuestra la capacidad de la marca para transformar lazos personales profundos en obras de arte.
Bailey ha sido parte de la vida de esta familia durante más de una década, acompañándolos en la rutina diaria y en viajes especiales. Su energía y lealtad inspiraron a la pareja a dedicarle su nuevo Rolls-Royce.
El resultado es un Rolls-Royce Spectre único, que celebra la pasión por los automóviles y la alegría de tener una mascota.
Pintura a medida: un acabado único
En la sede de Rolls-Royce en Goodwood, Inglaterra, los pintores crearon un acabado bicolor exclusivo para Spectre Bailey. El cuerpo principal brilla en Crystal Fusion, un color iridiscente que cambia sutilmente con la luz.
La parte inferior está pintada en Beautiful Bailey, un tono cálido inspirado en el suave pelaje de la oreja de Bailey. Este color fue desarrollado exclusivamente para los clientes encargados y nunca se repetirá.
La franja decorativa lateral incorpora el detalle más personal: una reproducción de la huella de la pata de Bailey, pintada a mano en oro rosa. El mismo acabado en oro rosa adorna la figura de la Esfinge de la Victoria, uniendo los detalles exteriores del vehículo de forma sutil y elegante.
Interior: Una obra única de extremo a extremo
En el interior, el Spectre Bailey continúa celebrando la artesanía. El habitáculo está tapizado en cuero Moccasin y Crème Light, elegidos para evocar el pelaje dorado de Bailey.
Los detalles en Dark Spice y Casden Tan aportan profundidad y calidez, mientras que las superficies de madera están acabadas en chapa de nogal real de alto brillo, creando un ambiente natural y atemporal.
El elemento central del interior es un asombroso retrato en marquetería de Bailey, ubicado en el panel posterior entre los asientos traseros. Esta composición, de un realismo extraordinario, requirió más de cuatro meses de trabajo y está compuesta por más de 180 piezas de chapa.
Para capturar la profundidad y la calidez del pelaje de Bailey, el artesano utilizó nueve tipos de chapa natural, representando veintidós tonalidades. Cada pieza fue cuidadosamente seleccionada por su veta y color, sin ningún tinte ni tratamiento químico.
Incluso para la lengua de Bailey se utilizaron cuatro tipos de chapa raros, nunca antes usados en un Rolls-Royce: Purpleheart, Tulipwood, Louro Faia y Peral. Estos materiales dan vida a Bailey con un realismo extraordinario.
Más que un simple vehículo
Para la familia que encargó el vehículo, este no es solo un medio de transporte, sino una obra de arte rodante que rinde homenaje a su fiel compañero durante más de una década.
Para Rolls-Royce, este proyecto es un ejemplo del poder de la personalización: la capacidad de crear algo profundamente personal y atemporal.
Desde la huella de la pata de Bailey en la franja decorativa hasta el retrato en marquetería, cada detalle refleja la esencia de la historia de los clientes. Demuestra que en Rolls-Royce, ningún detalle es demasiado pequeño ni ninguna inspiración demasiado personal para convertirse en una obra de arte sobre ruedas.